MACRO DESTREZAS DEL LENGUAJE
Realizando una remembranza sobre lo que son las macro destrezas del Lenguaje, podemos diferenciar claramente a 4, mismas que se deben respetar en referencia a su orden de desarrollo, para evitar una posible distorsión en los procesos de aprendizaje, estas son:
1.- Macro Destreza de Escuchar
2.- Macro Destreza de Hablar
3.- Macro Destreza de Leer
4.- Macro Destreza de Escribir
MACRO DESTREZA DE ESCUCHAR
Es la primera en importancia, en lo referente a la función que realiza, para desarrollar una adquisición de aprendizajes; es la Macro Destreza de Escuchar, proceso o destreza que hay que entenderla desde el punto de vista fisiológico, anatómico y funcional para poder diferenciar entre oír y escuchar.
A continuación se va a presentar una de las partes que componen el órgano del oído, para lograr entender la correlación existente entre lo biológico y los procesos de comprensión de los estímulos captados.
El oído
El oído está formado por tres secciones: el oído externo, el oído medio y el oído interno, que pasaremos a describir desde los puntos de vista anatómico / funcional.
Dibujo tomado de http://usuarios.discapnet.es/ojo_oido/el_oido.htm
Figura 1. Corte transversal del oído derecho, en el cual se muestran las partes anatómicas más representativas del aparato auditivo.
Oído externo
Consta del pabellón u oreja, y el canal auditivo externo.
El pabellón recoge las ondas sonoras y las conduce hacia el canal auditivo mediante reflexiones y difracciones. Si bien es direccional, debido a sus irregularidades es menos direccional que la oreja de otros animales, como el gato o el perro, que además poseen control muscular voluntario de su orientación.
El canal auditivo, que mide unos 25 mm, conduce el sonido al tímpano. La parte más externa está recubierta por pilosidad y por las glándulas sebáceas que segregan cerumen. Ejercen una acción higiénica, al fijar y arrastrar lentamente hacia el exterior las partículas de polvo que de otra forma se depositarían en el tímpano. Una segunda función es proteger al oído de ruidos muy intensos y prolongados, ya que la secreción aumenta en presencia de tales ruidos, cerrando parcialmente el conducto. Debido a la forma y las dimensiones físicas, el oído externo posee una resonancia cuya frecuencia está en las proximidades de los 3000 Hz. Esta resonancia incide en la respuesta del oído.
Oído medio
Se encuentra ubicado en el sector de la caja timpánica, y lo integra el tímpano, los huesecillos u ósculos, y la trompa de Eustaquio.
El tímpano es una membrana elástica, semitransparente y algo cónica, que comunica el canal auditivo externo con la caja timpánica. Es visible desde el exterior por medio del otoscopio (instrumento que permite iluminar la zona a observar y está dotado a su vez de una lente de aumento). El tímpano recibe las vibraciones del aire y las comunica a los huesecillos. A causa de ruidos muy intensos (por ejemplo una potente explosión cerca del oído) o por determinadas infecciones, esta membrana puede perforarse, lo cual no es irreversible, ya que se cicatriza.
Los huesecillos son una cadena de tres pequeños huesos: el martillo, el yunque y el estribo que comunican al oído interno las vibraciones sonoras que capta el tímpano. Están sostenidos en su lugar por una serie de pequeños ligamentos y músculos. La finalidad de esta cadena es convertir vibraciones de gran amplitud y poca presión, como las hay en el tímpano, en vibraciones de pequeña amplitud y mayor presión, requeridas en el líquido que llena el oído interno. Esta función es asimilable, por consiguiente, a una palanca mecánica. A causa del efecto palanca las vibraciones del estribo son de menor amplitud pero mayor fuerza. La ganancia mecánica de esta palanca es de 1,3, lo que significa que la fuerza que el estribo ejerce sobre la ventana oval es 1,3 veces mayor que la que ejerce el tímpano sobre el martillo. A este efecto de palanca se agrega la gran diferencia de áreas entre el tímpano (0,6 cm2) y la ventana oval (o,o4 cm2), lo cual implica que la relación entre las presiones en el tímpano y en la ventana oval es del orden de:
P.ventana oval/P.tímpano = 1.3 x 0.6/0,04 = 20
Esta diferencia de presiones es necesaria ya que en el tímpano existe una impedancia acústica mucho menor que en el oído interno, ya que éste último contiene agua. El conjunto actúa, por consiguiente, como un ingenioso adaptador de impedancias acústicas.
Los músculos, además de la función de sostén de la cadena osicular, sirven de protección del oído interno frente a sonidos intensos. Cuando penetra en el oído un ruido muy intenso, se produce la contracción refleja de estos músculos, rigidizando la cadena, que pierde entonces su eficiencia mecánica, y la energía es disipada antes de alcanzar el oído interno. Esta protección sólo es efectiva, sin embargo, para sonidos de más de 500 ms de duración. En caso de lesión o esclero-samiento (endurecimiento) de la cadena osicular sobreviene un tipo de hipoacusia (sordera) caracterizado por una audición aérea disminuida y ósea normal. En la actualidad es posible reemplazar quirúrgicamente algunas partes por prótesis plásticas.
La trompa de Eustaquio es un pequeño conducto que comunica la caja timpánica con la laringe. Su función es la de igualar la presión del oído medio con la presión atmosférica.
Normalmente, permanece cerrada, abriéndose en forma refleja durante la acción de tragar o de bostezar. Si permaneciera abierta, el tímpano vibraría con una amplitud muy pequeña, ya que el movimiento del tímpano es el resultado de una diferencia de presión a uno y otro lado de éste.
La función de la Trompa de Eustaquio es independizar la audición de la presión atmosférica.
Oído interno
Está constituido por el laberinto, cavidad ósea que contiene a los canales semicirculares, el vestíbulo, y el caracol. El caracol y el laberinto son una cavidad en el hueso temporal.
Los canales semicirculares son el órgano sensor del sistema de equilibrio. Son tres pequeños conductos curvados en semicírculo, con ejes aproximadamente en cuadratura.
Interiormente están recubiertos por terminaciones nerviosas y contienen líquido endolinfático. Al rotar la cabeza en alguna dirección, por inercia el líquido tiende a permanecer inmóvil. Se crea un movimiento relativo entre el líquido y los conductos que es detectado y comunicado al cerebro por las células nerviosas, lo cual permite desencadenar los mecanismos de control de la estabilidad. Al haber tres canales en cuadratura se detectan movimientos rotatorios en cualquier dirección.
El vestíbulo comunica los canales semicirculares con el caracol, y al mismo tiempo comunica el caracol con la caja timpánica a través de dos orificios denominados ventana oval y ventana redonda (también llamada tímpano secundario), cubiertos por sendas membranas de unos 3 mm y 2 mm respectivamente. El estribo, última pieza de la cadena osicular, se encuentra adherido a la ventana oval.
El caracol contiene el órgano de la audición: la cóclea, que es un tubo arrollado dos vueltas y media en espiral, está dividida en tres secciones. La sección inferior, denominada rampa timpánica y la superior, conocida como rampa vestibular, contiene líquido perilinfático, rico en sodio (Na) y se conectan a través de un pequeño orificio, el helicotrema, ubicado hacia el vértice (ápex) del caracol. La cavidad central es la partición coclear o rampa coclear y contiene líquido endolinfático, rico en potasio (K).
LA AUDICIÓN
Normalmente, permanece cerrada, abriéndose en forma refleja durante la acción de tragar o de bostezar. Si permaneciera abierta, el tímpano vibraría con una amplitud muy pequeña, ya que el movimiento del tímpano es el resultado de una diferencia de presión a uno y otro lado de éste.
La función de la Trompa de Eustaquio es independizar la audición de la presión atmosférica.
Oído interno
Está constituido por el laberinto, cavidad ósea que contiene a los canales semicirculares, el vestíbulo, y el caracol. El caracol y el laberinto son una cavidad en el hueso temporal.
Los canales semicirculares son el órgano sensor del sistema de equilibrio. Son tres pequeños conductos curvados en semicírculo, con ejes aproximadamente en cuadratura.
Interiormente están recubiertos por terminaciones nerviosas y contienen líquido endolinfático. Al rotar la cabeza en alguna dirección, por inercia el líquido tiende a permanecer inmóvil. Se crea un movimiento relativo entre el líquido y los conductos que es detectado y comunicado al cerebro por las células nerviosas, lo cual permite desencadenar los mecanismos de control de la estabilidad. Al haber tres canales en cuadratura se detectan movimientos rotatorios en cualquier dirección.
El vestíbulo comunica los canales semicirculares con el caracol, y al mismo tiempo comunica el caracol con la caja timpánica a través de dos orificios denominados ventana oval y ventana redonda (también llamada tímpano secundario), cubiertos por sendas membranas de unos 3 mm y 2 mm respectivamente. El estribo, última pieza de la cadena osicular, se encuentra adherido a la ventana oval.
El caracol contiene el órgano de la audición: la cóclea, que es un tubo arrollado dos vueltas y media en espiral, está dividida en tres secciones. La sección inferior, denominada rampa timpánica y la superior, conocida como rampa vestibular, contiene líquido perilinfático, rico en sodio (Na) y se conectan a través de un pequeño orificio, el helicotrema, ubicado hacia el vértice (ápex) del caracol. La cavidad central es la partición coclear o rampa coclear y contiene líquido endolinfático, rico en potasio (K).
LA AUDICIÓN
Dibujo tomado de la página web http://www.monografias.com/trabajos63/anatomo-fisiologia-audicion/anatomo-fisiologia-audicion2.shtml
En el caso del sistema auditivo está bien documentado que existen interacciones entre el sonido y el órgano receptor las cuales, como veremos más adelante, determinan que se produzcan importantes modificaciones en la amplitud y en otras características del estímulo incidente.
La función primaria del oído es la de convertir un patrón de vibración temporal, que se produce en el tímpano, en una configuración de movimiento - ondulatorio - en el espacio, que se genera en la cóclea (particularmente en la membrana basilar, véase y éste, a su vez, en una serie de potenciales eléctricos en las neuronas aferentes cocleares. La frecuencia de un sonido está representada por el sitio de la cóclea donde se originan las neuronas que éste excita, y su amplitud por la intensidad de la descarga de estas neuronas y también por el número total de neuronas que se activan. La actividad de las neuronas aferentes es entonces una función de la intensidad y de las magnitudes relativas de las diferentes frecuencias que componen un sonido.
En el procesamiento de la información auditiva podemos distinguir al menos tres niveles: uno periférico, que hace referencia a la detección de vibraciones sonoras y que se relaciona con el procesamiento al nivel del oído interno; da origen a las sensaciones primarias como el tono y la amplitud. Un segundo nivel de procesamiento intermedio, que permite detectar las variaciones transitorias en el sonido y su origen, y provee elementos adicionales para la percepción (sentir) de la cualidad, la identificación del tono y la discriminación de sonidos. En el caso de la música, es en este nivel que se percibe el tono de un instrumento, el ataque sonoro, el timbre y el ritmo. Este procesamiento se lleva a cabo en el tallo cerebral. Finalmente, un último nivel de análisis fino, en el cual los cambios temporales se procesan en los centros cerebrales superiores de la corteza cerebral, permitiendo detectar los atributos de la información auditiva y, en última instancia, lo que denominamos mensaje auditivo. Los aspectos más complejos de la música, como la melodía, la armonía, el contrapunto, etc., se integran en este nivel.
Conforme ascendemos en este proceso de análisis es más difícil identificar con precisión los procesos fisiológicos que dan origen a la percepción. A este nivel, el aprendizaje y el entorno cultural tienen una influencia muy importante, así como los estados emocionales del individuo. Por ejemplo, en relación con las propiedades del sonido cabe preguntarse en qué términos puede uno cuantificar la sensación subjetiva de una melodía. Los sujetos pueden reportar si una sensación seguida de otra es mayor, menor, más clara, más pronunciada que la que le precede; si un tono fue de mayor, de igual o de menor frecuencia que el primero. De hecho, con un cierto entrenamiento, los sujetos pueden definir lo que llamaríamos una magnitud psicofísica, la cual equivale a precisar si un cierto estímulo es el doble o la mitad, hablando numéricamente, que una unidad de sensación de referencia; así es como se definen los decibeles. Pero en lo que tiene que ver con atributos abstractos y altamente subjetivos como la melodía, el ritmo, el timbre y la armonía, los juicios simples no sirven, y los atributos perceptuales son complejos y en gran medida dependientes de la experiencia individual.
El Escuchar
Hay tres modos de escuchar: competitiva, pasiva y activa, a continuación vamos a describir a la escucha activa por ser la más acorde en el proceso de escuchar.
La escucha activa.- Es considerada la más eficaz porque el oyente no sólo escucha con interés, sino que además se dedica activamente a escuchar dando respuestas breves. La mayoría de las personas no son tan hábiles para escuchar como para pensar. Según un estudio, los oyentes probablemente recuerdan entre 25 a 50% de lo que escuchan, de acuerdo con Mindtools. Poner atención a su interlocutor y no centrarte en lo que vas a responderle mientras él está hablando, es una buena manera de asegurarte de escuchar más de lo que está diciendo.
Niveles de comprensión
CARRERA, G. (2013) Compendio cognitivo de Comunicación y Lenguaje. Quito - Ecuador
Hay tres modos de escuchar: competitiva, pasiva y activa, a continuación vamos a describir a la escucha activa por ser la más acorde en el proceso de escuchar.
La escucha activa.- Es considerada la más eficaz porque el oyente no sólo escucha con interés, sino que además se dedica activamente a escuchar dando respuestas breves. La mayoría de las personas no son tan hábiles para escuchar como para pensar. Según un estudio, los oyentes probablemente recuerdan entre 25 a 50% de lo que escuchan, de acuerdo con Mindtools. Poner atención a su interlocutor y no centrarte en lo que vas a responderle mientras él está hablando, es una buena manera de asegurarte de escuchar más de lo que está diciendo.
Niveles de comprensión
1. Oír. Es el nivel más superficial de escucha. De hecho, no es ni siquiera escucha. Oír es registrar las ondas sonoras de la voz del otro. Puede estar oyendo a alguien y al mismo tiempo estar pensando o haciendo otra cosa. Para oír no se necesita prestar atención. Oír por tanto es un acto pasivo. Te oigo pero no te escucho significa que me llega el sonido pero no presto atención (no existe codificación o decodificación de la información)
2. Escuchar a. El segundo nivel consiste en escuchar a alguien, pero con una pregunta en nuestra mente: "Qué significa esto para mi?". Es decir estamos escuchando desde dentro de nuestra propia existencia, utilizando lo que el otro nos cuenta para activar nuestros propios sentimientos. Por ejemplo, puede que nos estén hablando de una relación con su jefe y nosotros estemos pensando en nuestra relación con nuestro jefe o en cómo sacarle partido. Este es un nivel cotidiano de escucha, adecuado para conversaciones ordinarias. Se detecta porque cuando hayamos terminado de hablar, el otro empezará con algo parecido a: "Pues yo, o pues a mi..."
3. Escuchar para. Este tercer nivel corresponde a buscar algo en lo que la otra persona nos dice. El que escucha puede tener una idea en la mente, filtra lo que le dice su interlocutor y lo selecciona para conformar una opinión. Por esto, el que escucha tiene que establecer un diálogo interno para establecer la opinión. Por esto, el que escucha tiene que establecer un diálogo interno para establecer la opinión.
4. Escucha consciente. Consiste en una escucha profunda con un mínimo de juicio. Nosotros mismos nos mantenemos al margen. Hay por tanto un mínimo de diálogo interior. En este nivel la percepción y la intuición funcionan mejor. Por tanto hay que evitar los diálogos internos. Si estamos pensando en nosotros mismos no podemos escuchar. Por ejemplo pensar cómo vamos vestidos, o si estoy cansado y deberíamos sentarnos, o la hora que es e incluso si intentamos adivinar lo que nos va a decir nuestro interlocutor, estamos poniendo dificultades a este tipo de escucha.
Estrategias de comprensión:
Reconocer: Todos los sonidos que te llegan durante la conversación. Hay que segmentar, discriminar y reconocer.
Seleccionar: Buscar entre todo aquello que se nos dice, lo más relevante. Lo verdaderamente importante lo agrupamos en unidades coherentes superiores y significativas.
Interpretar: Es atribuir un sentido a la forma que hemos seleccionado. Siempre será en base a los conocimientos gramaticales y del mundo en general. Para ello, lógicamente necesitaremos un micro de habilidades que se basarán en:
-Comprender desde el contenido del discurso: intención, ideas principales y secundarias, discriminar lo que no sea relevante.....
-Comprender desde la forma: estructura, partes, nexos, tono y variante dialectal....
Anticipar: En función de la entonación vamos a preveer instintivamente lo que el emisor nos va diciendo. También activamos la información que tenemos en nuestra memoria del emisor, sobre el tema o el estilo... en función de lo que ya se ha dicho.
Inferir: Fuentes de información no verbales como son el contexto situacional (si estamos andando, haciendo...) y el contexto del propio hablante (gestos, cara, movimiento, vestir...) Esto nos exige por lo tanto saber interpretar tanto los gestos como la situación.
Retener: Vamos guardando todos los datos en la memoria a corto plazo. Pero una vez finalizada la conversación, pasamos a nuestra memoria a largo plazo aquellos beneficios de cultura general y demás que guardaremos durante mucho tiempo.
Aprender a escuchar ¿Cuál es su importancia?
No hasta hace unos años atrás, en la enseñanza de idiomas no se enseñó (desarrollo) la comprensión auditiva como tal, porque se partía de la hipótesis de que al aprender a hablar automáticamente se aprendía a comprender la nueva lengua. Cada uno tiene sus anécdotas para demostrar lo contrario. Una de las anécdotas que más éxito tienen al respecto en mi país es la del profesor de inglés que lleva a sus alumnos a Inglaterra para un viaje escolar. Llegan a Dover y el profesor, en su perfecto inglés de Oxford, pregunta al policía de turno dónde está la estación de ferrocarril. No entiende la respuesta del policía.
Lo que motiva a la mayoría de los adultos para aprender un idioma extranjero es el aprender a comunicar, lo que identifican alegremente con aprender a hablar. Pero hablar no es la actividad lingüística más practicada, ni siquiera en el idioma materno.
Fuente:
CARRERA, G. (2013) Compendio cognitivo de Comunicación y Lenguaje. Quito - Ecuador
El autor del compendio en el cual me baso para hacer este trabajo es Mc. Profesor de la Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad Central del Ecuador.
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